miércoles, 13 de mayo de 2015


Volúbilis: Evolución Urbana.
El primer núcleo en aparecer tiene su origen en el III a.C, y es de origen púnico. Esto, queda evidenciado por la naturaleza compacta del núcleo, formado por casas rectangulares, colocadas sobre ejes sutilmente sinuosos. Los ejes del trazado más relevantes son el este-oeste, y un irregular norte-sur, dibujado en consecuente paralelismo con el riachuelo oriental de la ciudad. Esta forma compacta y estratégicamente emplazada, muy típica de la cultura fenicia, no sufriría ningún cambio aparente en su ocupación por parte del Reino Mauritano.

La ocupación por parte los romanos, tampoco deforma la estructura urbana autóctona existente, sino que más bien evidencia, un generoso proceso de adaptación y adecuación sobre el trazado púnico (lo cual resulta extraño ante el conocido historial de colonización del Imperio). La ciudad romana hace crecer la ciudad púnica, a través de la utilización de los ejes preexistentes. La relación hipodámica clásica de la fundación romana se deforma en Volúbilis, y aparece un Decumanus Maximus orientado en diagonal al verdadero eje este-oeste, el cual además se quiebra en un punto para adecuarse al núcleo púnico. Desde este eje aparecerán todos los cardos perpendiculares (también falseados respecto al verdadero eje norte-sur), de no mayor importancia debido a la acotada magnitud del núcleo, por lo cual, podría decirse que tampoco existiría un Cardus Maximus evidente. Aparecen además, ejes menores sobre el lado nor-oriental del núcleo romano, que revelan un intento por mantener el paralelismo con el riachuelo, continuando así con el gesto púnico inicial. 
Para la última etapa formal de crecimiento de la ciudad, resultaría absurdo hablar de un "trazado". Pues, lo que se genera es básicamente una colonización dispersa espontánea sobre el territorio, determinada por un acontecimiento histórico puntual de dos partes: la creciente desocupación poblacional de los núcleos por parte de los romanos, y la avería total del acueducto. Ello produjo la migración poblacional hacia el río sur. El territorio resultaba grande para tan poca población, dedicada en ese entonces a nada más que a la agricultura. Por lo cual, parece bastante lógica, esta arbitraria dispersión del emplazamiento. La anarquía geométrica de esta última etapa queda consolidada con el levantamiento del muro central, que divide lo disperso, de lo compacto. Posterior a la ocupación arábica, la ciudad no crece más, pero sí sufre transformaciones importantes a escala arquitectónica, debido al desmantelamiento de Ismail en el XVIII, y el terremoto de 1755.


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